
Transformando la educación
Vida Cristiana
Autor: Amilcar López López
Fecha: 15 Marzo 2025
Descripción
Un llamado urgente. Padres despierten.
Description: Hoy en día nos enfrentamos a un pensamiento adulterado, está tan contaminado como las partes mas dañadas de nuestro medio ambiente. Corregir o dar dirección a todo esto, es un gran desafío, y además es un proceso muy largo, se requiere de mucha paciencia y de perseverancia. Eso significa que no debemos desanimarnos ante una gran tarea que tenemos por delante.
Sin duda, con el tiempo si es que perseveramos, si somos fieles y obedientes, podremos ver lo que Dios hará, porque de algo estoy seguro y convencido es lo que la biblia dice al respecto; romanos, 1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Esta salvación es integral, pues involucra todo; la educación misma debe ser alcanzada por este poderoso evangelio.
Por eso es importante que como padres hagamos lo que tenemos que hacer; modelar y mostrar en nuestros hijos una conciencia bíblica, esta enseñanza habrá de adquirirse en el núcleo familiar, la iglesia y obviamente escuelas cristianas. Es un proceso muy largo, que sin duda requerirá de fe, fe en lo que Dios ha hecho, hace y hará.
Cuando vemos a nuestro alrededor encontramos como hoy hay una gran necesidad de enseñar cristianamente, esta lucha, sin duda es frontal y debemos asumir nuestra responsabilidad. Eso significa que no podemos enseñar a nuestros hijos según nuestras agendas, sino lo que Dios ya nos ha revelado. La importancia de Jesús hacia los niños.
En el evangelio de mateo 18:2-5 el Señor Jesús dijo lo siguiente: 2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, 3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. Jesús continuamente advertía a sus discípulos de la necesidad de volverse como niños, si querían entrar al reino de los cielos, sin embargo, frente a esta declaración de Jesús, muchas veces diferimos.
Pues creemos que los niños son inmaduros, son personitas al cual debemos educar y enseñar según nuestra agenda, o usando como modelo o patrón nosotros mismos, o aquello que hemos recibido generacionalmente.
No hay duda alguna que los niños eran importantes para Jesús, de hecho, leemos que cuando los discípulos quisieron disuadir a los padres para que Jesús bendijera a los niños, el se disgustó mucho y les dijo a sus discípulos; “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mt. 19:14).
Por lo tanto, vemos que para Jesús, los niños están en la misma jerarquía que los pobres, los oprimidos, los huérfanos y las viudas a los cuales debemos prestar mas atención y mayor interés. Nuestros hijos son importantes, pues por ellos Cristo también derramo su sangre preciosa, eso significa que no podemos entretenerlos, o dejar que sean enseñados paganamente. Es sumamente importante que como padres revisemos nuestras motivaciones e interés a la luz del concepto bíblico. Cuando revisamos la historia, encontramos que hay cuatro factores que han influido en gran medida la formación de nuestros niños. Tenemos el hogar, la iglesia y la escuela que de manera fundamental han influido en la formación de los pequeños.
En casa es donde los niños aprenden a amar, y a conocer el amor maravilloso de nuestro buen Dios. En la iglesia se continua con este aprendizaje y en la escuela los niños deberían aprender acerca del mundo que los rodea y como todo lo que vemos fue creado por nuestro Dios. Sin embargo, mientras el tiempo fue pasando, y los padres descuidaron este rol tan importante, hoy nos encontramos que la escuela cada día esta en desacuerdo con la enseñanza del hogar y la iglesia. ¿Nos quedaremos de brazos cruzados? ¿bajaremos la cabeza en señal de sumisión?
Confío en que nos levantaremos como el águila, nosotros quienes esperamos en el Señor, tendremos nuevas fuerzas; y esta obra que Dios ha puesto en nuestras manos será confirmada, esa es nuestra oración; “Confirma la obra de nuestras manos, si, la obra de nuestras manos confirma” Amen.